domingo, 21 de diciembre de 2025

Vamos con el polen en el viento Estamos vivos porque estamos en movimiento Nunca estamos quietos, somos trashumantes Somos padres, hijos, nietos y bisnietos de inmigrantes Es más mío lo que sueño que lo que toco. MOVIMIENTOS. Jorge Drexler Durante más de veinticinco años en el collage encontré mi refugio donde el tiempo real y el aprendizaje del oficio, me dieron una forma de mirar y vivir. En cada corte y cada unión aprendí a leer las tensiones entre lo que se separa y lo que insiste en permanecer. Allí encontré un camino hecho de restos y fragmentos que nunca se repiten del mismo modo. Hoy siento que ese territorio, sin dejar de ser mío, me invita a recorrerlo desde otros pliegues. No se trata de abandonar lo andado, sino de reconocer que el gesto que me sostuvo durante tanto tiempo ahora necesita abrir ventanas nuevas para continuar. Lo aprendido en el camino —la paciencia del recorte, la intuición del ensamblaje, la escucha de lo que surge del azar— se transforma en fundamento para un desplazamiento más amplio. Cierro esta etapa como quien cierra un cuaderno: no para olvidarlo, sino para poder volver a él desde una distancia fértil. Lo que viene nace de la misma raíz, pero reclama otro ritmo, otro modo de estar con las imágenes, con los materiales y en particular conmigo mismo que al fin y al cabo este momento de mi vida, es lo que más me importa. Avanzo hacia ese umbral llevando conmigo la memoria de cada collage, sabiendo que todo comienzo verdadero dialoga con lo que ya fue. Abro entonces este nuevo tramo con gratitud y curiosidad, respetando el pulso que guió mi obra hasta aquí y confiando en que, al moverme, el sentido seguirá revelándose en cada fragmento que elija conservar, transformar o dejar ir.

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